Uno de ellos fue ese beso, el cual sus labios y los míos lentamente se unen se convierten en uno solo el roso de su brazos en mi cintura, sus manos tocaban mi espalda de una manera tan descomunal y al pasar de los segundos la lluvia caía y caía cada vez mas fuerte y sus gotas se mezclaban con nuestros labios...
Era de noche y solo tu y yo en ese lugar tan peculiar llenos de ansiedad por el beso que iniciaría a un gran amor... un beso tan inocente que solo tus labios al rozar los míos marcaste mi vida...
La despedía llena de una lluvia que caía mas fuerte y tus manos y las mías cada vez mas lejos pero con el corazón y los sentimiento en uno solo...
Desde esa noche de septiembre la lluvia es mi fiel compañera, la que me trae y me baña de recuerdos, que siempre aunque nunca estés ella no la borra de mi, es un conector natural de nuestras almas....
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